Juntos.
He recopilado durante meses las canciones que sé que escuchas cuando estás solo, canciones lentas que hablan de amor y de miedo, los que parecen describir a la perfección tu inseguridad.
Qué difícil tiene que ser el acarrear un caparazón en la espalda que crees que te libra de la pena pero que en realidad solo aporta un peso más sobre tus hombros.
Y cuán de complicado debe ser tener el cielo en los ojos, porque todos aquellos que piden un deseo lo deberían hacer mirando tus pupilas.
Extraño es que Bécquer te describiera a la perfección, tantos años atrás, sin ni siquiera conocerte; y que la luna se disfrazase de cuarto menguante sólo para, en un vago intento, imitar tu sonrisa.
Porque nos perdemos cada vez que creemos que quizás ha entrado el corazón en este juego, y tenemos miedo a rompernos.
Pero déjame decirte que yo sí que creo en el destino, y mi destino es tu espalda; que estoy harta de la cobardía y la inseguridad, qué quieres, si es que veo a mi padre todos los días ponerse el cinturón en curva, en su sentido más literal y más metafórico de la oración. Le he visto intentar controlar el volante por muy cerrada que fuese la curva de la carretera y salir herido para que yo saliese ilesa.
No me hagas creer que esta vez seré yo la que pierda el corazón en la lucha, no me obligues a pensar cómo será mi último aliento y arriésgate a combatir conmigo al miedo.
Aunque luego duela.
Aunque no salgamos vivos y sea lo último que hagamos.
Porque en ningún momento se dijo el topicazo de "nadie dijo que fuese fácil, sino que iba a merecer la pena".
Porque de verdad somos indestructibles juntos.
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