El 8m ha terminado, la lucha no.
"Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres" - Rosa Luxemburgo.
Ayer viví una de las experiencias más impresionantes y gratificantes de mi vida: mi primera manifestación.
Multitud de hombres y mujeres, aunque muchísimas más estas últimas, cantando a viva voz al ritmo de una batucada que daba aún más fuerza a mensajes como 'hoy gritamos por las que ya no están' o 'no es no, lo demás es violación'.
Emoción. Piel de gallina. Pelos de punta. Orgullo. Son incontables las sensaciones que sentí. Puedo jurar que estuve todo el tiempo con un nudo en la garganta y unas ganas de llorar increíbles, que apaciguaba gritando cada vez más y más fuerte. Tan fuerte que también puedo asegurar que esta mañana me he levantado sin voz.
Pero no me importa, porque fue en ese momento, en ese mismo instante en el que me encontraba rodeada de mujeres de tantísimas edades, etnias, orientaciones sexuales, entre otras condiciones, mujeres tan distintas a mí pero a la vez tan iguales, cuando me di cuenta de que somos muchas y de que ya no tenemos miedo.
Gracias a todas por lo de ayer, y pido perdón por haber criticado, en el pasado, a mujeres por vivir su vida y su sexualidad como ellas querían. La sororidad es lo mejor que nos ha podido pasar tanto a nosotras como al mundo. Unidas somos más fuertes.
Considero que ayer hicimos historia.
Comienza una nueva etapa.
Á(r)mate, mujer. Inicia la revolución.
Comentarios
Publicar un comentario