Más que un sentimiento

Concierto de La Pegatina en Burgos, España, por Virginia Bayona
El fenómeno fan y todo lo que le rodea. Por Virginia Bayona.


Las luces se apagan, un foco se enciende y una silueta aparece en el escenario. Se oyen gritos, gritos de emoción que se funden con las primeras notas de la canción que abre el espectáculo. La adrenalina y la agitación se sienten en el ambiente. Son muchas las personas que esperan numerosas horas en colas interminables con tal de ver a su grupo o cantante favorito en directo. ¿Es esta reacción exagerada?
Este sentimiento es el que un fan -valga la redundancia- siente al ver a su ídolo, y es algo que se ha convertido en objeto de estudio por numerosos sociólogos y psicólogos en los últimos tiempos.

El término fan
Según Wikipedia un fan es "una persona que siente gusto y entusiasmo por algo". El término proviene del inglés, es una abreviatura de fanatic (fanático) y tiene su origen a finales del siglo XIX en Estados Unidos en el ámbito del deporte. En los periódicos se denominaba así a los seguidores de los equipos deportivos profesionales.
Los fanes se agrupan en fandoms a la hora de apoyar a la persona o cosa que admiran. Estos fandoms reciben un nombre relacionado con el artista que idolatran, como por ejemplo los Arianators de Ariana Grande, los Directioners de One Direction o los Aitaners de Aitana Ocaña. Son una especie de clubs de fanes que, en ocasiones, pueden crear y compartir fanarts (arte que crean dedicado a quien admiran, generalmente son dibujos) o fanfics (historias ficticias que escriben sobre sus ídolos). Estas obras de arte e historias las publican en la distintas redes sociales Twitter, Blogger, Tumblr, Instagram, Wattpad,etc., con la intención de que sus ídolos puedan llegar a verlas - sobre todo en el caso de los dibujos.
El hecho de que los fans tengan la oportunidad, gracias a Internet, de dar a conocer sus trabajos, ha hecho que, sobre todo en la última década, algunos de ellos se hayan convertido en auténticas celebridades dentro de sus fandoms e incluso fuera de ellos. 
El fin de un fandom es promover lo que admiran, mostrando su apoyo y promocionando el trabajo de su ídolo o lo que les gusta en sí. 
En esta línea, se podría decir que los fans admiran y adoran a sus ídolos y los ídolos reciben su cariño. Uno no podría ser sin el otro, pues no tendría sentido que existiera un fandom si no hay un ídolo al que apoyar y, un ídolo - un cantante, un actor/actriz...- no es nadie sin un fandom que le apoye.

Un estigma social

En numerosas ocasiones, la palabra fan se utiliza con connotaciones negativas. Esto hace que muchos no se proclamen como ello, para evitar ser insultados o tratados de menos solo por apoyar a algo o a alguien. La cultura fan es considerada un estigma social por el comportamiento de algunos fans - la gran minoría - que es visto como excesivo. En este sentido, las redes sociales han tenido un papel fundamental en los últimos años, pues han ayudado a los fandoms y fanes a adquirir una gran visibilidad social, y se han ganado el respeto por el protagonismo que han ido adquiriendo.
La imagen de una adolescente que es seguidora incondicional y que está dispuesta a todo con tal de conseguir algo de su ídolo es el estereotipo de un fan. Aunque en su mayoría las protagonistas de un fandom son mujeres jóvenes, no es algo exclusivas ni de su edad, pues hay adultos masculinos que también participan en todo esto, véase, pertenecer a un club de fútbol (el equivalente de un fandom en ese ámbito) y defender a su equipo.
Esta imagen negativa ha sido representada en el cine por algunos directos que tratan este fenómeno cultural como una nueva patología social. Tres ejemplos de esto son "Fundido a negro" (1980) de Vernon Zimmerman, "El rey de la comedia" (1982) de Martin Scorsese y "Misery" (1990) de Rob Reiner. En estas tres películas se proyecta una imagen muy similar de los fanes, se les retrata como personas inmaduras y aisladas, que se esconden en su papel de fan para huir de su realidad.
Los estudios sociológicos han afirmado que estas actitudes suelen tener su comienzo en la adolescencia, ya que es una etapa en la que la persona sufre una transición interna y su personalidad comienza a definirse y afirmarse, con lo que el individuo idealiza a famosos y los utiliza como un escudo y un referente en su vida, un modelo a seguir. Así que, aunque tenga esta mala fama y sea considerado como una lacra social, pertenecer a un fandom o ser fan de algo es una actitud totalmente normal, y no es una enfermedad, ni una patología.
Se suele decir que los extremos no son buenos, y en este caso esta regla también se cumple. Si bien no es ninguna enfermedad, ni ningún problema, llevarlo al extremo sí que puede ser perjudicial para la salud mental de fanes e ídolos. Pero esto se trata de situaciones aisladas y muy extremas.
Un ejemplo de estas actitudes extremistas son las acciones homicidas de Charles Manson, que era fan de los Beatles. Sus canciones le llevaron a cometer una gran masacre, pues interpretó a su manera alguna de las letras de la banda inglesa y se inspiró en ellas para comenzar la que sería su guerra de razas y la caída del pueblo negro. Otro ejemplo es el asesino de John Lennon, Mark David Chapman, una gran fan, también, de los Beatles. Idolatraba a John Lennon sobre todos los demás y decidió asesinarle porque Lennon "no creía en Dios... ni siquiera creía en los Beatles."

Historia
Algunos dirán que pertenecer a un fandom o ser fan de algo es cosa de millenials, de las personas que hemos nacido entre 1982 y 2004, o que es algo que surgió con la fama de los Beatles. No pueden estar más lejos de la realidad.
El origen del primer club de fans de la historia se remonta a 1902. El 5 de febrero de ese año, en Londres, se fundó un club de fans en honor al director de teatro de Lewis Waller. Martin Wilbourg, vendedor de relojes, era quien estaba al mando de este club y creó el que sería el primer merchandising (los productos licenciados que se venden con el respaldo de una marca o imagen) poniendo la cara de su ídolo en los relojes, con el fin de obtener una gran fortuna y de publicitar al director de teatro.
Aunque no comenzara con los Beatles, estos sí que marcaron un antes y un después en la cultura fan, pues todo el mundo piensa en ellos cuando se habla del "tema fans". Si lo aplicamos a la actualidad, lo más cercano a eso sería el fandom de Justin Bieber o el de One Direction.

Internet y las redes sociales
Como ya hemos comentado, Internet, y más en concreto las redes sociales, han ido adquiriendo con el tiempo un papel fundamental en la formación de los fandoms. Las redes sociales han marcado un antes y un después en la historia de estos, pues han conseguido que gente de todo el mundo pueda llegara pertenecer a una misma "familia". Han visto nacer muchas amistades, han colaborad, incluso, en historias de amor a larga distancia.
Además, no solo han facilitado la comunicación entre los miembros de un propio fandom, sino que también han facilitado la comunicación entre estos y sus ídolos: hoy en día es más fácil que un fan consiga la atención de su ídolo mediante una respuesta en Twitter que hace 50 años cuando no existían redes sociales. Es más, en el pasado, los clubs de fans eran una especie de asociaciones dispersas en las que los miembros solo se reunían de vez en cuando. Era una actividad que apenas tenía visibilidad en la vida social y cultural. Internet ha cambiado todo esto, pues ha permitido que la interacción social esté viva, sea continuada y que apenas tenga parones. Con las redes sociales e Internet los fans están profundamente implicados a nivel personal y emocional con sus ídolos.
Internet y las redes sociales también han hecho que, además de ser reconocidos por los medios de comunicación tradicionales, los famosos se hagan aún más conocidos y alcancen a un mayor rango de personas.
Es en los años 90 cuando los fans se adueñan de las nuevas tecnologías de la información y se convierten en pioneros de su uso. Antes de las redes sociales que conocemos actualmente, estos creaban foros online para comunicarse entre sí e intercambiar su creatividad en la red. Hoy en día las redes sociales cumplen esta función y gracias a ellas y a su expansión, y a pesar de estar tan estigmatizados, los fanes hoy en día son una de las partes más visibles de la cultura contemporánea.

¿Es un sentimiento pasajero?
Hay mucha controversia en cuanto a la respuesta de esta pregunta respecta.
Mucha gente cree que el sentimiento fan es algo pasajero, que se "pasa" con la edad, que una vez que se madura todo esto se olvida. Toda la gente que cree en esto, curiosamente, nunca ha pertenecido a un fandom ni se considera fan de nada.
Por otro lado, están los que piensan que quizás el sentimiento disminuya con el tiempo pero que es algo para toda la vida. Y no es que disminuya por el paso de los años o la madurez que adquiera el individuo, sino porque se priorizan más unas cosas que otras. Pero, obviamente, todo cambia de una persona a otra. Este es el pensamiento general que hay entre las personas que sí son fans de algo o alguien. 

En definitiva, la cultura fan es un fenómeno que ha evolucionado mucho en los últimos años, debido, sobre todo, al nacimiento de Internet. Aun con la mala fama que los fans tienen, estos han ido ganándose su respeto mostrando su fuerza y pasión.

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